Con esta lectura, pretendíamos que aprendieran a aceptar las limitaciones propias y las de los demás, además de los valores de alegría, respeto y afán de superación.
Todos tenían un montón de dudas al respecto, y más cuando el taller que seguía a la charla suponía que usando una sola mano (tuvimos que precintárselas porque hacían trampa) envolvieran un paquete. Les resultó superdifícil, pero lo consiguieron.
Los paquetes los expondremos en la próxima semana, bajo el árbol. Merece la pena pasarse a verlos porque cada niño colocó una pequeña reflexión de lo aprendido:
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